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1

¿A QUIÉN SEGUIRÉ? (3:26)

2

TERNURA DE DIOS (4:00)

3

NUESTRA DEBILIDAD. (4:21)

4

HOY HE MIRADO. (4:28)

5

HAGAS LO QUE HAGAS. (3:48)

6

MI TODO, MI BIEN. (3:56)

7

MATEO 5, 3-12. (3:59)

8

CONFÍA EN DIOS. (3:16)

9

NECESITAMOS. (3:36)

10

TESORO. (3:40)

10

TESORO. (3:40)

11

GLORIA A DIOS. (2:38)

12

DIOS TE SALVE. (2:53)

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¿A QUIÉN SEGUIRÉ?  

¿A quién seguiré sino a mi Señor?

¿A quién imitaré sino a Él?

¿Quién será mi ejemplo sino el Señor?

Jesucristo, fuente del amor.

 

¿Quién bendijo al pobre de espíritu

y al humilde dio el corazón?

¿Quién nos da la vista para ver la luz?

Jesucristo, el Hijo de Dios.

 

Nadie como Él en la historia,

nadie como Él en la vida,

Por salvarnos Cuerpo y Sangre entregó…

Jesucristo, fuente del amor.

 

¿En quién confiar sino en mi Señor?

¿A quién agradecer sino a Él?

¿Qué palabra yo voy a creer

sino la de Cristo, fuente de la fe?

Nadie como Él en la historia,

nadie como Él en la vida,

Por salvarnos Cuerpo y Sangre entregó…

Jesucristo, fuente del amor.

 

¿A quién anunciaré sino a mi Señor?

¿De quién hablaré sino de Él?

¿Quién será mi fuente de inspiración?

Jesucristo, maestro del amor.

 

Nadie como Él en la historia,

nadie como Él en la vida,

Por salvarnos Cuerpo y Sangre entregó…

Jesucristo, fuente del amor.

TERNURA DE DIOS

Eres tú el abrazo de Dios, eres tú la ternura de Dios.

 

No somos de este mundo, aunque estemos en él,

somos como la luz que brilla en la oscuridad,

somos como la sal para este mundo salar,

su Espíritu nos guía y nos ayudará.

 

Eres tú el abrazo de Dios, eres tú la ternura de Dios.

 

Cuando alguien necesita encontrar la verdad,

seamos levadura de la fraternidad.

Cuando el hermano mira y busca su libertad,

mostrémosle el camino que el Espíritu da.

Eres tú el abrazo de Dios, eres tú la ternura de Dios.

Uh Oh Uh, tú eres la ternura de Dios.

 

Si el dolor derrota al que está junto a ti,

tú eres la alegría para hacerle seguir

y si alguien se cae, sin poder caminar,

tú eres el apoyo que lo levantará.

 

Eres tú el abrazo de Dios, eres tú la ternura de Dios.

Uh Oh Uh, tú eres la ternura de Dios.

NUESTRA DEBILIDA

Eres tú el abrazo de Dios, eres tú la ternura de Dios.

 

No somos de este mundo, aunque estemos en él,

somos como la luz que brilla en la oscuridad,

somos como la sal para este mundo salar,

su Espíritu nos guía y nos ayudará.

 

Eres tú el abrazo de Dios, eres tú la ternura de Dios.

 

Cuando alguien necesita encontrar la verdad,

seamos levadura de la fraternidad.

Cuando el hermano mira y busca su libertad,

mostrémosle el camino que el Espíritu da.

Eres tú el abrazo de Dios, eres tú la ternura de Dios.

Uh Oh Uh, tú eres la ternura de Dios.

 

Si el dolor derrota al que está junto a ti,

tú eres la alegría para hacerle seguir

y si alguien se cae, sin poder caminar,

tú eres el apoyo que lo levantará.

 

Eres tú el abrazo de Dios, eres tú la ternura de Dios.

Uh Oh Uh, tú eres la ternura de Dios.

HOY HE MIRADO

Hoy he mirado tus pies

y he contemplado tus manos,

la lanzada en tu costado,

heridas de mi redención.

 

Has derramado tu sangre,

tu corazón entregado,

para lavar nuestras culpas,

para llenarnos de amor.

 

Pero hombre no ves la verdad, el clamor,

la llama que prende en su corazón.

Pero hombre no ves cuál es tu salvación:

la luz que nos llega es del Hijo de Dios.

Tu último grito en la cruz

nos entregaba tu vida,

vida para la esperanza,

para librarnos del mal.

 

Porque hombre aún estás a tiempo de cambiar

tus ambiciones por la libertad.

Porque hombre aún estás a tiempo de sanar,

sus dulces llagas nos pueden curar.

HAGAS LO QUE HAGAS. 

Enseñarles aquello que no saben,

dar consejo al que tiene necesidad,

corregir a quien se ha equivocado,

perdonar al que nos hace mal.

 

Consolar al que vemos un poco triste,

con calma sufrir lo de los demás,

rezarle a Dios por mis hermanos,

también por aquel que ya no está.

 

Visitar a los enfermos en su casa,

dar comida al que no tiene que comer.

Vestir al que está desnudo en la carretera,

visitar al que está preso en su prisión.

Hagas lo que hagas hazlo por amor,

hagas lo que hagas hazlo con amor.

 

Consolar al que vemos un poco triste,

con calma sufrir lo de los demás,

rezarle a Dios por mis hermanos,

también por aquel que ya no está.

 

Darle agua al que sediento te la pide,

dar posada al peregrino que llegó.

 

Y enterrar a los que han muerto y bendecirlos,

son obras de caridad y por amor.

 

Hagas lo que hagas hazlo por amor,

hagas lo que hagas hazlo con amor.

MI TODO, MI BIEN

Cuando me levanto, cuando velo y te adoro

Tú estás en mi alma, eres Tú mi tesoro.

Cuando doy mi apoyo al que tiene quebranto,

Tú estás en mi alma como Espíritu Santo.

 

Jesús de mi vida, mi todo, mi bien.

 

Cuando liberamos al que está prisionero

Tú estás en mi alma, lo liberas Tú primero.

Cuando respetamos al que pide respeto

Tú estás en mi alma para cumplir su sueño.

Cuando al sediento enseño dónde está el agua

Tú estás en mi alma, eres fuente que mana.

Jesús de mi vida, mi todo, mi bien.

 

Cuando recogemos una lágrima del otro

Tú estás en mi alma inspirándome su gozo.

Cuando yo me inspiro en la Madre Corazón

Tú estás en mi alma, eres Tú mi Señor.

 

Jesús de mi vida, mi todo, mi bien.

 

Cuando acaricio unas manos que se van

Tú estás en mi alma, ayudándole a marchar.

Cuando en la noche necesito tu luz

Tú estás en mi alma, llevas por mi la cruz.

Cuando perdonamos al rezar cada mañana

Tú estás en mi alma, purificándola.

 

Jesús de mi vida, mi todo, mi bien.

MATEO 5, 3-12

Bienaventurados los pobres de espíritu

porque de ellos es el reino de los cielos.

Bienaventurados los mansos

porque ellos poseerán en herencia la tierra.

Bienaventurados los que lloran

porque ellos serán consolados.

Bienaventurados los que tienen hambre y sed de la justicia

porque ellos serán saciados.

Bienaventurados los misericordiosos

porque ellos alcanzarán misericordia.

 

Bienaventurados los limpios de corazón

Porque ellos verán a Dios.

Bienaventurados los que trabajan por la paz

porque ellos serán llamados hijos de Dios.

Bienaventurados los perseguidos por causa de la justicia

porque de ellos es el reino de los cielos.

Bienaventurados seréis cuando

os injurien, os persigan y os calumnien

y digan con mentira toda clase de mal contra vosotros

por mi causa.

 

Alegraos, regocijaos,

porque vuestra recompensa será grande

en los cielos.

CONFÍA EN DIOS

Si has creído que la vida te derrota,

si tu esfuerzo se estrella en la soledad,

si las luces de otros días son ausencias

y las ganas se te escapan al andar.

 

Si el trabajo es puro voluntarismo,

piensas que nadie se beneficiará,

si el servicio se oscurece en el fracaso

y las dudas te sumergen en el mar.

Deja que Dios le dé sentido a tu vida,

no es tu esfuerzo, sino que es su voluntad

la que ilumina el camino en cada noche

y en la encrucijada la que da la paz.

 

Confía en Dios.

 

Si la cruz pesa más que tus propias fuerzas

y es tan áspera que ya no puedes más,

si no tienes esperanza y no la llevas,

deja que Jesús te ayude, acéptala.

 

Deja de buscar aquello que perdiste

porque nada se ha perdido, está en tu piel,

solo tienes que mirar hacia los cielos,

solo tienes que aprender de nuevo a ver.

 

Confía en Dios.

NECESITAMOS

Tú, para este mundo eres, mi Señor, un fracasado

y nos quieren convencer de que tu tiempo ha pasado.

Hay tantos que no pueden ver la luz de tu costado,

la que un día fue una herida, pero hoy me está llamando.

 

Necesitamos obreros en la mies

y manos que nos sostengan,

almas de Dios que estén dispuestas

a levantar el corazón humano.

Señor ven, ven al interior

de cada hombre y cada mujer.

Señor, haz que hoy escuchemos

tu voz suave que me nombra en el silencio.

Si la posesión me ciega, líbrame de mi deseo.

Si seguro quiero estar, líbrame de tanto miedo.

Solo tu voz he de escuchar, que me llama al encuentro

para vencer mi soledad, transformándome en el viento.

 

Necesitamos obreros en la mies

y manos que nos sostengan,

almas de Dios que estén dispuestas

a levantar el corazón humano.

Señor ven, ven al interior

de cada hombre y cada mujer.

Señor, haz que hoy escuchemos

tu voz suave que me nombra en el silencio.

 TESORO

Tengo una luz en el corazón,

se llama Jesús, es Hijo de Dios.

Para entrar aquí sufrió en una cruz,

muriendo me salva y resucitó.

 

No quiero que salgas de donde Tú estás,

no quiero perderte, tesoro de amor,

ya sé que es difícil en el mundo estar,

pero, si yo te pierdo, pierdo el corazón.

 

Tengo una esperanza en mi caminar,

está en su mirada, Él es la Verdad,

para acompañarme me entrega la fe

y cuida mis pasos, camina en mis pies.

No quiero que salgas de donde Tú estás,

no quiero perderte, tesoro de amor,

ya sé que es difícil en el mundo estar,

pero, si yo te pierdo, pierdo el corazón.

 

Postrado ante ti, te siento latir,

mi alma y mi vida son siempre de ti.

Sin ti no soy nada, qué puedo yo hacer,

del alba al ocaso Tú llenas mi ser.

 

No quiero que salgas de donde Tú estás,

no quiero perderte, tesoro de amor,

ya sé que es difícil en el mundo estar,

pero, si yo te pierdo, pierdo el corazón.

GLORIA A DIOS

Ser joven significa

coger una mochila

con búsqueda y preguntas

y comenzar a andar.

 

Ser joven significa

buscar en cada esquina

respuestas a la vida

que nadie te dará.

 

Pero si miras alto,

más alto que tu smartphone,

por encima de influencers

y de tu ordenador…

 

Quizás encuentres a alguien

que te mira de frente,

y tú no tengas miedo

porque Él es salvación…

Es Jesús, el Hijo de Dios Padre,

el Padre de la vida y de la libertad.

Es Jesús, el Hijo de María,

mujer llena de gracia por su voluntad.

 

Y entonces Él te dice

que tú has venido aquí

no para recibir

sino para entregar…

 

Gloria a Dios,

por encima de intereses y de la seguridad,

gloria a Dios,

para todo aquel que quiere

y comienza cada nuevo día a andar.

DIOS TE SALVE

Dios te salve María,

llena eres de gracia,

el Señor es contigo y bendita tú.

Bendita tú eres

entre todas las mujeres

y bendito es el fruto

de tu vientre, Jesús.

 

Santa María, Madre de Dios,

ruega por nosotros pecadores,

ahora y en la hora

de nuestra muerte, amén.

 

Bendita tú eres

entre todas las mujeres

y bendito es el fruto

de tu vientre, Jesús.

Letra y música: Vicente Castellanos

Grabado en los meses de abril y mayo de 2021 en “El Escondite Producciones” (Madrid, España).

Ingeniero de grabación, mezcla y mastering: Iván …

Producción musical, arreglos de los temas 1-7, grabación y mezcla: Kike Eizaguirre.

Pianista y arreglos de los temas 8-12: Adela Rodríguez.

Diseño gráfico: CXTW (Católicos por tu web)

Voces:

Sor Analiza N. Grantos, SdJ.

Sor Mary Rosa Ramírez, SdJ.

Sor Elizabeth Mbula, SdJ.

Sor Luz Mª Heredia, SdJ.

Sor Ledy T. Bailón, SdJ.

Sor Carmen Señor, SdJ.

Sor Blanca Alonso, SdJ.

Teresa Gallego.

Vicente Castellanos.

www.siervasdejesus.com